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5.9.11

DISCRIMINACION POR GENERO




GENERO

¿Qué entendemos por género?
 
La igualdad entre mujeres y hombres ha vivido una evolución conceptual con la introducción del término género.

Para comprender qué entendemos por género, le proponemos reflexionar al respecto:

¿Son hechos naturales y biológicos propios de las mujeres la responsabilidad exclusiva en el cuidado de los hijos e hijas y la realización de las tareas domésticas o son cosas que les enseñamos a las niñas desde que nacen? ¿no son acaso los primeros juguetes de las niñas un muñeco bebé para un juego individual o un juego de ollas?

¿Son hechos naturales y biológicos propios de los varones que tengan mayor participación en la vida social, que sean los “autorizados” a hablar en público de fútbol o de política o son cosas que les enseñamos a los niños desde que nacen? ¿no son acaso los primeros juguetes de los niños una pelota para un deporte de equipo o un autito?


¿En las distintas regiones de Latinoamérica y el Caribe las mujeres se comportan de la misma manera por el solo hecho de ser mujeres sin importar su cultura originaria? ¿Qué sucede en el caso de los varones?

¿Nos comportamos hoy día, mujeres y varones, igual que lo hacían nuestros antepasados?

Generación tras generación ¿descubrimos las diferencias entre mujeres y varones para acercarlas o las profundizamos?

De este modo:

Las preguntas formuladas apuntan a reconocer en su propio entorno las siguientes 
CONCLUSIONES:

 * Lo que determina el comportamiento de mujeres y de varones no son las diferencias biológicas, sino el hecho de haber vivido desde el nacimiento las experiencias, costumbres y mandatos culturales atribuidos a mujeres y varones.

* En las diferentes culturas, regiones, etnias, es diferente lo que se considera como femenino y como masculino, pues las sociedades fabrican las ideas para lo que deben ser los hombres y las mujeres y lo que es “propio” de cada sexo y lo transmiten de generación en generación.

* Entonces, la noción de género surge a partir de la idea de que lo femenino y lo masculino no son hechos naturales o biológicos, sino construcciones sociales en cada cultura y época determinada.

* En cada cultura, el género adjudica características, funciones y responsabilidades distintas a los seres humanos sólo por el hecho de ser varones o mujeres.

* El género incluye las diferencias culturales que se han creado y que no tienen porqué obedecer a diferencias biológicas.

* En el rol que tradicionalmente nos han ido otorgando y que fuimos asumiendo, tanto los varones como las mujeres, la relación de género no es simétrica, ya que la mujer es discriminada.

Le ofrecemos algunos ejemplos al respecto en distintas circunstancias y contextos:
 
Ámbito laboral

La discriminación que sufre la mujer en el mercado del trabajo se manifiesta en la tendencia sexista existente, tanto en empresas como en agencias de empleo, en los procesos de selección, ascenso o retribución económica. Por ejemplo en:

• La discriminación múltiple asociada, motivadas por la edad, la discapacidad física, la condición de inmigrante o etnia diferente.

• La situación familiar de la mujer.

• Los filtros basados en criterios de ocupabilidad (sexo, edad, condición de origen, etc.) en los procesos de selección.

• Menores sueldos se pagan a las mujeres por idéntico trabajo al de los hombres.

• Falta de oportunidades de estudio y promoción.

• Alargamiento infinito de la jornada laboral de las mujeres, continuada en casa con las tareas del hogar y el cuidado de los hijos/as.

• Falta de reconocimiento social del trabajo sin sueldo de las amas de casa que trabajan los 7 días de la semana.

• Los malos tratos en todos los niveles y el frecuente acoso y chantaje sexual en el trabajo.

Conflictos armados

El conflicto armado ha profundizado la discriminación y violencia que históricamente han sufrido las mujeres, en aquéllas regiones que lo padecen. Dentro de los conflictos armados la mujer se convierte en un botín de guerra. De ese modo, las mujeres son víctimas de:

• Homicidios, secuestros, detenciones masivas, reclutamiento forzado, señalamientos y amenazas.
 
• Violencia asociada a delitos de carácter sexual como la violación, trata de personas, y prostitución forzada.

• Control social sobre sus condiciones de vida, dictándoseles pautas de comportamiento cotidiano y familiar, y aplicándoseles castigos, tortura y tratos crueles y degradantes.

Estas modalidades de violencia están destinadas a deshumanizarlas y son utilizadas como instrumento para intimidar e impartir terror a comunidades que habitan en zonas de conflicto, provocando el desplazamiento de cientos de familias que tienen principalmente a mujeres como cabeza de hogar.

¿Ha visto usted algún general de arma (en las Fuerzas Armadas o Policía Nacional de su país) que sea mujer?

Normas tributarias
 
Si bien compete a la mujer y al padre los deberes respecto de sus hijos, en pie de igualdad, cuando ambos trabajan y tienen rendimientos propios y equitativos; en lo fáctico, la carga laboral de la mujer en el hogar es superior a la del hombre, pero esto no interesa al momento de declarar tributos, simplemente es considerada actividad doméstica no remunerada (sin afiliación a seguridad social: excepto Ecuador), o merecedora de excensión tributaria en todos los países.

El análisis de las leyes y su vigencia, a partir de la perspectiva de las mujeres, puede revelar el carácter no neutral de la ley y el resultado negativo a las mujeres trabajadoras, contribuyentes, jefes de hogar y de las familias monoparentales y así contribuir para la reflexión del tema y proposición de reformas.

Inmigrantes

La mujer que reside en otro país es objeto de doble discriminación por el hecho de ser mujer y ser inmigrante. Las mujeres inmigrantes, por ejemplo en Europa, reproducen en los primeros años de su estancia en su país de residencia la forma de vida que llevaban en sus países de origen.

Eso es debido, en gran parte, a una escolarización a veces insuficiente y otras veces nula, que las hace depender de sus familiares varones para todo lo relacionado con el espacio público: carencias en la competencia lectora, desconocimiento del idioma del país de acogida, aprensión ante parámetros culturales que suponen un replanteamiento de sus valores tradicionales, sociedades cuya rentabilidad pasa por el individualismo frente a las sociedades de origen más solidarias, etc.

Si las condiciones de acomodación de las personas de origen inmigrante son deficientes, como ocurre en la mayoría de los países europeos, pueden producirse situaciones de aislamiento dentro del propio grupo cultural.

Si se originan en aquellos grupos en los que la cultura es claramente patriarcal, por tradición religiosa por ejemplo, se corre el peligro de volver a la reclusión de las mujeres en el espacio privado, trasladando de esta manera al país de acogida los modelos de discriminación que ya vivía en su país de origen.

El trabajo doméstico

El trabajo doméstico remunerado es un trabajo degradado y precario, con horarios que llegan hasta las 16 horas diarias a cambio de salarios muy bajos y con niveles indignos de dependencia del empleador.

Es una ocupación cuya regulación contradice todos los derechos de las mujeres trabajadoras. El trabajo doméstico no está considerado como un trabajo igual al de otros trabajadores.

Ha sido regulado aparte porque se considera una relación laboral de carácter especial, en la medida en que ocurre en el domicilio familiar y su fundamento es la confianza.

Así, el fundamento de la “confianza” es el comodín para el sometimiento de la trabajadora a tratos y circunstancias similares a la esclavitud, en contra de las recomendaciones de los tratados internacionales y de la jurisprudencia en Derechos Humanos.

Ámbito educativo

En nuestra sociedad, han existido épocas en las que, cuando la educación y la lectura comenzaron a considerarse importantes, se reservaban para los hombres, excluyendo así al género femenino.

En este sentido, aunque no se les niegue a las mujeres el acceso al conocimiento, sus oportunidades de instruirse nunca han sido igualitarias con el hombre.

Esta circunstancia se da hasta el extremo de que, cuando en la sociedad occidental leer es un privilegio de una clase y no de un sexo, a las mujeres se les enseñan formas literarias menores (“la biblioteca rosa”), la poesía, la caligrafía, la música, el bordado y otros conocimientos que la preparen para ser mejor madre y esposa; mientras, a los hombres, se les proporcionan conocimientos que les faciliten el acceso al mundo del trabajo.

Entender de esta manera el género, nos permite abordar con mayor claridad la incidencia que ello ha tenido sobre las estructuras de poder y sobre el manejo de los espacios de participación social y política.

Si analizamos el contexto en el que viven los grupos sociales más desfavorecidos, a las oportunidades y los servicios; la situación de las mujeres también es desventajosa con respecto a la de los hombres.

Según el informe bianual preparado por UNIFEM, Progress of the World’s Women 2000, New York, 2001: “El proceso de feminización de la pobreza sigue en aumento.”

Frente a los millones de mujeres que viven en condiciones inaceptables de pobreza y frente al incremento de hogares a cargo de mujeres, se hace imprescindible cubrir áreas básicas para promover su autonomía económica como requisito para diseñar un plan de desarrollo equitativo.

Solo a partir de asegurar el acceso a todas las mujeres en igualdad de condiciones respecto a los hombres de estos aspectos, será posible garantizar su participación en los procesos de toma de decisiones y aumentar su intervención en espacios de participación social y política.

No se trata de negar la existencia de los sexos y sus diferencias naturales, el problema radica en que sobre la base de esas diferencias, nuestras sociedades han construido una visión ideológica de los sexos en la que tanto lo social como lo psicológico se contrapone con fundamentos “aparentemente naturales o biológicos”.

A las mujeres, entonces, se les dificulta y hasta se les niega:

● el ejercicio pleno de sus derechos humanos,

● el acceso a su educación en los distintos niveles y a su desarrollo sociocultural,

● la participación en los procesos de toma de decisiones,

● la consolidación de su independencia económica,

● la intervención en determinadas áreas de la política.

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